Recuerdo una anécdota que me ocurrió a mí, con el padre Mejía en una procesión al santuario, resulta que cuando el padre estaba predicando hablaba tan duro y con tanta fuerza que se le salió una saliva y me cayó a mí en una mano entonces yo inmediatamente me la tomé por que pensé que por ser saliva del padre era como si hubiera comulgado. ¡Que ingenuo!
Recuerdo el “sirirí” que fue Roberto Cárdenas el hijo de Alfonso pues este señor le pegaba a todo el mundo. No se le escapó ni Nicolás Pérez que había llegado dizque de Barraquilla pues ese mismo día le pegó su golpiza y eso que medía el doble que Roberto.
Arturo Carvajal (la culebra) también armaba su show cada rato con la policía y tenía un refrán muy de él, que decía; “hay quien toque la culebra” y rastrillaba un machete en el piso, y al único que le hacía caso era a “Parrillo” porque ni al padre Mejía le paraba bolas.
Mi primera borrachera me la pegué en la cantina que manejaba mi papá que era “El Danubio Azul”, de Don Tomás Moreno. Yo abrí a las 6 de la mañana y Oscar Vera hijo de José Vera, q.e.p.d. me llevo una botella con aguardiente y yo pe pegué de la botella y sin darme cuenta me tome la mitad del frasco y al momento sentí que todo me daba vueltas y coloqué un disco llamado la Martina que estaba en su apogeo en ese momento y se me caían los cubos de los platicos en los que servíamos los tintos, entonces dejé la cantina sola y me fui por el callejón; cuando me encontré con mi hermana Mery que iba por la mantequilla y apenas me vio me alzó al hombro y me llevó para la casa,. Cuando mi papá me vio me dijo.¿Que buen cuidandero no? y entonces Delio Granda que era un personaje me dio agua con almidón para que me compusiera. Fue mi primera rasca.
De" minuto” lo único que recuerdo era que cargábamos leña juntos pero nada mas.
Como olvidar a Eliseo Zapata quien mataba las reses y los cerdos los sábados y domingos porque en semana mataba era los caballos porque los ponía a trabajar todos los días y no les daba comida sino que los soltaba en la noche bien cansados a que se rebuscaran algo de comer.
Nosotros nos madrugábamos los domingos cuando mataban vacas para tomar sangre en el matadero en el momento que la sacrificaban
El loco Marco Tulio Zea con la venta de las tortas que hacia Jael su esposa.
Ramón Zea lo tengo en mi mente con un colchón al hombro porque ese pobre se trasteaba cada año para casas diferentes. Elías Giraldo gran persona.
Recuerdo mucho A William Moreno con los clavados en “Guascas”, y los nadados raros que nos enseñaba.
A Jairo que después de que se vino a estudiar iba en todos los diciembres a Santa Rita y hacia la novena de aguinaldos.
A Juan y Jaime Jaramillo buscando un caramelo escaso para llenar el álbum de chocolatinas “jet”, a Juan le debo haber conocido un carro y a Medellín por primera vez.
A Rigoberto Correa y su familia, en fin son tantos que es imposible enumerarlos a todos pero siempre los recuerdo.
A Berto Jaramillo y el profesor Luís Preciado quienes era los sacamuelas del pueblo; Al profesor Don Francisco Jiménez que diario bebía y el padre Mejia lo pulpitiaba cada ocho días porque llegaba borracho a dar clase, Recuerdo que una vez estando en segundo de primaria nos dijo que hiciéramos un dibujo libre mientras el calificaba los cuadernos, y yo opté por dibujarlo a él mientras calificaba; cuando le entregué el cuaderno para que me lo calificara, se conoció y me dijo; “Respete a su profesor y se me va para la ultima banca”. La piedra de don Francisco fue que la tenía un poco largo el pescuezo, y yo se lo exageré. ¡Que Ignorancia¡ en vez de haberme calificado un cinco!.
Del cojo Estrada recuerdo como si fuera hoy, cuando don Libardo el boticario le estaba cociendo la mano que le mocharon. Ese pobre hombre se revolcaba del dolor como una lombriz en un polvero.
Se me había olvidado la de la panadería:
Resulta que cuando mi padre se quedó sin trabajo, yo asumí la obligación en mi casa haciendo parva pero al tiempo hubo una epidemia de carranchil en todas partes, entonces me quedé sin trabajo porque nadie compraba la parva viendo al panadero con carranchil hasta en las orejas. ! ¡Qué cosa tan horrible!
Como no recordar al padre Rafael Muñoz con quien nos íbamos a cazar ardillas y guaguas al monte, tumbaba los gallinazos en pleno vuelo, cambiaba una gallina por una chucha y entraba con sus carabinas a la iglesia a celebrar la misa.
Recuerdo de una semana santa que hizo muy bonita donde actuaron Arcángel Londoño (Cristo) Hortensia Arroyave (Maria), Elías Giraldo,(apóstol), Piniano (apóstol) Ángela Calle (la samaritana), Bernardo Palacio(Pilatos). Arcángel amaneció en la cárcel en lo que llamaban el “Cepo” que era el pie metido entre dos tablas donde castigaban los presos, y yo iba y le llevaba café con leche de la cantina que manejaba mi papá (El Danubio Azul)
Que bueno que alguien nos enviara esas fotos para que recordemos esos momentos ya que las personas que trabajaron eran muy parecidas a los personajes que estaban representando; yo estoy seguro que alguien tiene esas fotos.
Pero el cuento es que al año siguiente el padre nos castigó y la semana santa que hizo fue ponernos a cargar una inmensa cruz de madera por todo el pueblo y nunca supimos porqué.
Colaboración de NAZARENO VÁSQUEZ