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29 de octubre de 2013

Ramón Eduardo Moreno Gómez
26 oct (hace 3 días)


Es abrumadora la avalancha de fiestas en el segundo semestre: apenas estamos descolgando los cursis corazones de los cielorrasos y paredes en septiembre, cuando ya estamos colgando macabras calaveras de calabazas, murciélagos y telarañas para el agringado halloween de octubre. Y sin terminar el mes, las luces de mil colores y las decoraciones navideñas (con la falsa nieve de invierno en nuestro caluroso trópico, y un viejo nórdico, barbado, arrastrando un trineo, vestido de esquimal) comienzan a invadir los espacios de la casa y las calles; y el comercio incitándonos al consumismo desmesurado, aprovechando nuestro apego a la fiesta perpetua. Y en los intermedios, todos los cumpleaños de nuestras decenas de parientes y de los pocos amigos. Y todos los aniversarios. Pero bueno, parece que eso es lo que nos gusta por este lado del mundo: somos uno de los países con el mayor número de días festivos. Fiesta. ¡Fiesta!


Fiesta

Gloria a Dios en las alturas, 
recogieron las basuras 
de mi calle, ayer a oscuras 
y hoy sembrada de bombillas. 

Y colgaron de un cordel 
de esquina a esquina un cartel 
y banderas de papel 
verdes, rojas y amarillas. 

Y al darles el sol la espalda 
revolotean las faldas 
bajo un manto de guirnaldas 
para que el cielo no vea, 

en la noche de San Juan, 
cómo comparten su pan, 
su mujer y su gabán, 
gentes de cien mil raleas. 

Apurad 
que allí os espero si queréis venir 
pues cae la noche y ya se van 
nuestras miserias a dormir. 

Vamos subiendo la cuesta 
que arriba mi calle 
se vistió de fiesta. 

Y hoy el noble y el villano, 
el prohombre y el gusano 
bailan y se dan la mano 
sin importarles la facha. 

Juntos los encuentra el sol 
a la sombra de un farol 
empapados en alcohol 
magreando a una muchacha. 

Y con la resaca a cuestas 
vuelve el pobre a su pobreza, 
vuelve el rico a su riqueza 
y el señor cura a sus misas. 

Se despertó el bien y el mal 
la zorra pobre al portal, 
la zorra rica al rosal, 
y el avaro a las divisas. 

Se acabó, 
el sol nos dice que llegó el final, 
por una noche se olvidó 
que cada uno es cada cual. 

Vamos bajando la cuesta 
que arriba en mi calle 
se acabó la fiesta.


Joan Manuel Serrat

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